Anoche soñé que estando sentada en mi habitación, me hacía acompañar de nada menos que Andrés Bustamante, quien visiblemente más viejo que aquel que me viene a la mente cuando escucho su nombre, observaba conmigo a través de mi ventana. Desfilaban ante nosotros distintas vistas de la Tierra desde el espacio, así como fases lunares... luego entonces mi cuarto era una especie de nave espacial. Yo estaba maravillada con la oportunidad de ver algo que jamás pensé que me fuera posible admirar: la Tierra desde el espacio exterior, así que trataba de adivinar a toda costa alguna forma continental o marítima que me permitiera saber qué parte del mundo se presentaba ante mí. Pasaban rápido... Fue entonces cuando le dije al "hombre maduro":
-"¿Cómo esperan los hombres de hoy que uno se enamore de ellos si no saben nada? La gente de tu edad, sin agraviar, hacen cálculos complicadísimos de memoria, saben matemáticas por que pueden sacar una raíz cuadrada con fórmulas, no porque sepan utilizar una calculadora. Y mejor aún, saben por qué y para qué sacan una raíz cuadrada..."
Él me mira y me pide que observe algo por la ventana... me concentro y trato de adivinar qué es lo que quiere que vea... Observo la Luna y no veo más que cráteres... embelesada como estaba, interrumpe mi análisis, y es entonces cuándo voltea a verme:
-"No, aquí, abajo..."
Me percato entonces de que hay dos líneas de tendedero suspendidas en el aire, casi en mis narices, en la línea más cercana a nosotros, hay pantalones y camisetas azules y rosas, y al final del tendido un suéter negro de cuello alto. Lejos del resto.
-"Es ropa de manicomio." Afirma.
-"No mames", contesto,"son uniformes de hospital..."
Efectivamente, eran esas "sobre prendas" que usan los residentes de los hospitales...